Ciao, ciao guarde…

Muchas veces os he hablado acerca de la preocupación y malestar que me producía tener que llevar a Miriam a la guarde.

Era necesario pues tanto Papi Fran como yo trabajábamos a jornada completa y no tenemos ninguna flexibilidad de horarios. Después de darle mil vueltas al asunto y buscar, buscar y re-buscar la que seria la mejor guardería para mi peque el día 1 de Septiembre la Nineta fue por primera vez al “cole”.

El proceso de adaptación ha sido largo. Tan largo que a día de hoy Miriam todavía lloraba todo el tiempo desde que entraba por la puerta hasta que que la volvía a cruzar para salir a la calle yendo en mis brazos.

Supongo que todas las mamas me entenderéis cuando digo que para mi lo mas importante del mundo es la felicidad de mi bebé. Últimamente no la veía feliz y eso me partía el alma.

Solía despedirme de Miriam, mientras ella dormía, a las 6 de la mañana para salir de trabajar. Con suerte, si la noche había sido buena, había dormido 4 horas. Trabajaba desconcentrada, desmotivada y cansada (muy pero que muy cansada) para volver a las 15h a casa, corriendo para estar lista (la mayoría de los días sin ni siquiera haber comido) en la puerta de la guardería a las 16h para recoger a mi gordita. Ella salia de allí con sueño y con hambre, la merienda terminaba en guerra. Trataba de dormirla un ratito y cuando despertaba de su mini siesta quería mimos, besos, brazos, juego y mas juego, a lo que mamá tenia que responderle con prisas y poca atención pues todavía quedaba preparar mochila para la guarde, uniformes para el trabajo, duchas, cena… y de vuelta a empezar con la lucha del sueño nocturno.

La verdad es que estos últimos meses no han sido el mejor momento de mi vida (preguntarle a Papi Fran con el que, debido al infinito estrés, he discutido casi a diario).

Yo tampoco era feliz.

Así que por el bien de Miriam y el mio propio, se acabaron los horarios mata-madres y se acabo la guarde.

Miriam y yo en la playa

Ahora tan solo trabajo los fines de semana días en los que papá y los abuelos pueden estar con la Nineta mientras yo estoy trabajando. Entre semana Miriam y yo somos inseparables, jugamos, paseamos, cantamos, bailamos y, ante todo, disfrutamos de nuestra compañía.

Vuelvo a ser MAMÁ A TIEMPO (casi) COMPLETO!!!